¡Espanto!
El peor restaurante que comí en mi vida. Una completa estafa y engaño. En ningún lugar del mundo comí tan mal y me sentí tan estafado. Cuando te reciben en la puerta te dicen que la comida es bien servida, pero luego de que pides ves que dan muy poca cantidad: tristísimo! Sin dudas, se pasa hambre.
Además los precios son carísimos. Pedimos papas fritas, asado y una suprema de pollo. Las papas eran muy viejas y estaban tan inundadas de aceite que parecían haber sido fritas varias veces. La carne y el pollo no tenían gusto a nada. La atención de los mozos fue pésima: prácticamente nos tiraron los platos sobre la mesa para comer sin ningún derecho de reclamar. Cuando recibimos la cuenta nos cobraron 90 pesos más de lo que debían por un absurdo ítem de "cubiertos", lo que no lo dicen ni en la carta ni el mozo cuando se le hace el pedido.