Nos dirigimos al extremo suroeste de la...
Nos dirigimos al extremo suroeste de la región del Omo, cerca del lago Stefanie, nuestro “safari humano” nos acerca en esta ocasión a las inhóspitas tierras de los Erbore. El paisaje que se presenta ante nuestros ojos es desolador ¿cómo es posible que estas gentes puedan subsistir en un terreno tan adverso? ¿Cómo es posible que mantengan vivas sus costumbres, sus ritos ancestrales sin perder un ápice de su identidad?
Las mujeres Erbore son bellas, delicadas con un aire entre tímido y dulce que las hace encantadoras; se adornan profusamente con esa coquetería tan propia de todos los pobladores de estas tierras. Los hombres Arbore llevan marcada su dura existencia en las arrugas de sus rostros.