Contra el turco
Eran tiempos difíciles, llenos de incertidumbre y peligros; por un lado los turcos pretendían hacerse con el control del mundo conocido, ampliar su imperio y rendir gloria a Alá y al Sultán, y por otro aumentaba la frecuencia de los ataques piratas y corsarios en el Mediterráneo.
Uno de aquellos religiosos de estirpe militar, el arzobispo Pere de Cardona, decidió levantar una torre desde la que se pudiera divisar la llegada de los invasores y al mismo tiempo defender a la antigua Salauris del hambre y ansia de riquezas del turco y de los piratas.
Para ello edificó una mole cuadrada de diez metros de lado a la que añadió posteriormente varias dependencias anexas, convirtiéndola en un pequeño castillo, una fortificación que aunque no era imponente si que valía perfectamente para la función que debía cumplir. Para que quedara constancia del benefactor que protegió con su torre las costas desde las que una vez salió Jaume I para conquistar Mallorca, mandó a labrar en la fachada de la torre su escudo heráldico.