El Mirador de la Piedra del Sapo
Cuenta la leyenda, que por estas tierras turolenses de la Sierra de Gúdar, solían pasear y hacer diabluras unos seres fantásticos llamados trasgos y arpías. Tanto mal hacían que las gentes de aquellos alrededores comenzaron a tenerlos verdadero terror.
Tal fue el miedo entre los habitantes, que algunos empezaron a invocar la ayuda sobrenatural para poder derrotar a aquellos personajes que no les traían más que desgracias.
Dicen que fueron tantas las oraciones, que un día apreció un animal enorme que perseguía a las arpías y trasgos y les arrojaba veneno hasta hacerles desaparecer.
Este animal mágico y protector comenzó a ayudar a los habitantes del lugar en sus cosas más cotidianas: las tierras de cultivo fueron más fértiles, las enfermedades se curaban enseguida y las gentes vivían muchos más años.