La Laguna de San Carlos: Espejo de la naturaleza
Panamá es verde la mayor parte del año, con ese tinte esmeralda intenso que colorea cada rincón, cada árbol, cada lugar. La humedad le da vida a ese verde que brilla en toda la ciudad. Aunque los rascacielos se pasean con su petulante modernidad, el verde está siempre presente: con su esperanza, con su profundidad y con su intensidad perpetua...
La Laguna de San Carlos es un espejo que refleja esa realidad. Rodeada por la montaña que le hereda su color, es un lugar ideal para pasar un día de picnic o para los más aventureros que desean acampar en carpa. A tan sólo dos horas de la Ciudad de Panamá, es un plan perfecto para estar en contacto con la naturaleza. Antes de llegar a Coronado, por la Interamericana, justo antes del Machetazo (tienda de conveniencia) se puede cruzar a la derecha y penetrar en la población de las Lajas. Un poblado que sorprende por su estilo de montaña, a pesar estar tan cerca del mar. Caballos y casas de montaña saludan amablemente al visitante. Al finalizar el camino, una pequeña ruta de piedra te acerca a la Laguna, para lo cual debes llevar un vehículo indicado. Pero no se necesita camioneta ni vehículo rústico: solo paciencia para sortear despacio los minutos rocosos.