El encanto de un boliche centenario
Un local encantador, fundado en 1913 con una atmósfera donde se mezclan aires de café-tertulia, bodega elegante y restaurante decadente propia de principios del XX. Además del encanto interior, tiene una terracita tapada y aclimatada en invierno, y wifi en el local. Respecto a la cocina, me encantó la comida. De primero pedimos una ensalada con pimiento rojo, huevos de codorniz y rúcula que estaba estupenda. De segundo, mi marido una lasaña que casi no cabía en el plato y yo, unos sorrentinos rellenos de mozzarella que quitaban el sentido. Por lo visto, los sorrentinos son un tipo de pasta fresca a lo tortellini gigante muy típicos aquí en Montevídeo (posiblemente también en Buenos Aires). De postre una degustación de sorpresas de chocolate, indescriptible. Y para mojar el gaznate, un estupendo Pisano, un tinto de Tannat, uva francesa que en Uruguay ha encontrado su patria, recomendado por la camarera.