La maldicion de las danaides
A veces, sin que sepamos por qué motivo, lo que más nos fascina de un lugar no son los monumentos habituales que todo el mundo visita. Pueden ser cosas sencillas que hemos encontrado por accidente pero que automáticamente nos cautivan o aquellas que se han visto en una foto y no paramos hasta que las encontramos.
Este último caso fue lo que a mí me sucedió con el Pozo de las Danaides, en Budapest. La escultura me resultó cautivadora al verla en una foto y, aunque di algunas vueltas para dar con ella, aún teniendo la dirección, no paré hasta encontrarla. Si además hay una historia mitológica alrededor que hace que una cosa tan sencilla como una escultura en una fuente además tenga alma, no se puede pedir más, quizá se puede decir que incluso puede surgir una especie de amor ;) Para el que tenga interés aquí dejo un extracto que he encontrado de la historia mitológica de las Danaides.