Locura de noche, sensatez de día
La Brisa Loca no es un hostel al uso. ¿Por qué? Empezando porque el edificio es algo así como una mansión con piscina a precio low cost y en pleno centro de Santa Marta. Este hostal tiene una terraza envidiada en toda la zona en la que se celebran fiestas con DJ normalmente en fin de semana en la que se mezclan los huéspedes provenientes de los cinco continentes con locales de la zona. Sus dueños, dos hermanos norteamericanos, recorrieron Sudamérica en un Beetle buscando olas y cayeron en Santa Marta. No pudieron irse. Cosas que pasan viajando.
Tienes una cerveza de bienvenida para que no se te seque el gaznate, un bar donde sirven comida y bebida -no podía faltar en un hostel- y la citada piscina sobre la que cuelgan largas enredaderas para pasar la resaca o sentarte a leer un libro. El nombre de Brisa Loca -nadie ha confirmado si es un rumor o una leyenda popular- tiene su origen en ese travieso viento que sopla a veces en las calles de Santa Marta y levanta las faldas de las chicas.