La Bolee

Annecy es una ciudad muy agradable, y cada restaurante invita a sentarse en sus terrazas y simplemente mirar y sentir la ciudad. Estando allí, decidimos quedarnos a cenar, y nuestros amigos propusieron la Crepería, lugar al que ya habían ido en varias ocasiones y que además de estar bueno, era relativamente barato.

Nos sentamos en la terraza bajo una bella arcada y la atención fue perfecta, una chica joven interpretó nuestro francés a las mil maravillas.

Yo nunca había comido crepes de sareceno con una buena ensalada encima, y esto fue lo que nos servieron, deliciosa. La apariencia llama la atención, y la combina de sabores se agradece.