Un ambiente acogedor en cada rincón. En su decoración se deja ver todos los detalles de la vieja Italia, muebles de madera, que le dan un toque cálido al ambiente, cuadros artísticos, botellas de vino, póster de la gloriosa época artística italiana. Un lugar donde relajarse, tomar un vino, comer una buena pasta y disfrutar de un delicioso postre. Su primer local fue inaugurado en 1999 en el distrito de Miraflores en Lima Perú.
Para aquellos que no pueden permitirse el lujo de desayunar en el corazón de la Huaca Pucllana, todavía existe la Trattoria bodega que idealmente se encuentra situado justo fuera de la entrada al sitio, la instalación no es barata tampoco, pero el lugar es precioso y la vista de la Huaca Pucllana, si no espectacular, vale la pena una visita al sitio que está muy recomendado pararse allí.
Buenísimo, el trato de su personal es tan bueno como sus platos. Su carta es variada y en este lugar puedes ir a cenar como a tomarte un trago y comer algunos piqueos. Sugerencias: como entrada unos enrollados de hojas de parra, de fondo ravioles en salsa huancaina (salsa típica peruana a base de queso y ají amarillo) y si se les antoja postre, no duden en pedir un volcán de chocolate.
Excelente restaurante, tiene una carta surtida y deliciosa, unos postres fabulosos y una atención de primera.
El único inconveniente es el tema del estacionamiento, por lo demás muy bien.
Es una buena opción para almuerzo o cena, las pastas y los postres son buenos y el precio accesible, aunque aveces el servicio es un poco lento.
Muy buena atención, excelente servicio, todo muy rico.
Los precios no son muy cómodos, pero la comida bastante rica.
Ambiente cálido y tranquilo para disfrutar en buena compañía.
