Esta tasca ubicada en plena plaza de San Martín es un rincón a visitar sí o sí, al menos para conocer al dicharachero dueño que regenta el local
Esta tasca ubicada en plena plaza de San Martín es un rincón a visitar sí o sí, al menos para conocer al dicharachero dueño que regenta el local. Ya lo dice claramente el cartel que está colgado en la puerta: "Abro cuando vengo, cierro cuando me voy, y si vienes y no estoy, es que no hemos coincidido". Así que buena suerte porque puede que lo encuentres cerrado. La morcilla a la plancha es un must. Rebanadas de pan de pueblo, un vino de la tierra y a "sufrir".