Un pueblo monumental
Tras varios días en Praga, me apetecía un cambio de aires, así que nada mejor que alquilar un coche para recorrer los alrededores de la ciudad y conocer un poco más de la República Checa. A poco más de 70 kilómetros, hora escasa en coche, se encuentra el pueblo de Kutná Hora, una pequeña villa que vivió tiempos mejores gracias a su mina de plata, y que hoy en día se ve reflejado en la cantidad de edificios importantes que hay en un pueblo tan pequeño. Por ello el centro histórico es patromonio de la UNESCO.
Continuando con el estilo colorista de Praga, todo el centro de Kutná Hora cuenta con edificios en tonos ocres, rosados, amarillos y verdes, dándole mucha alegría a las calles, aunque el cielo amenace tormenta.