El oro que más reluce en Kioto.
Kioto es la ciudad de los templos. Hay tantos que lo complicado cuando uno pasa solamente unos días en la ciudad es decidir cual visitar. Para nosotros uno de los que no se pueden dejar de conocer el templo del Pabellón Dorado en el Kinkakuji.
Llegar a él no es rápido ni sencillo cuando se está en una ciudad en la que el metro lleva a pocos lugares y son los autobuses o las piernas los mejores medios de transporte. Nosotros elegimos en este caso el primero. Al llegar a la parada de destino aún quedaba un pequeño tramo para llegar caminando hasta la taquilla en la que hay que adquirir la entrada que permite al acceso a uno de esos lugares de Japón difíciles de olvidar.