Uno de los mejores hostales del mundo
Japón es un país caro y el espacio es, de hecho, limitado. Cualquier cama puede costar una pequeña fortuna. Terminé eligiendo el Khaosan Tokyo Kabuki debido a la ubicación privilegiada en Asakusa, uno de los mejores barrios de Tokio, cerca de varias atracciones turísticas, además de, por supuesto, por estar cerca del metro. El hostal es grande, limpio, moderno, tiene cocina, salones para reunirse... pero lo que le hace diferente, es el personal que es muy servicial. Le preguntan su nombre,de qué país ha venido, porque realmente se interesan en saber un poco más acerca de usted. Tanto es así que en el momento de pagar, ellos están dispuestos a darle una nota personalizada con su nombre y algunas palabras en su lengua acompañados de una pequeña atención (en mi caso me dieron un poco de caramelo delicioso japonés).