Un jardín desaprovechado
Arcos es un pueblo subido a un cerro, de ahí su característico perfil sobre el relieve del mismo y su impresionante tajo de cien metros desde el punto más alto. El inconveniente de un casco antiguo lleno de callejuelas y de estrecheces es que es muy complicado moverse en coche por esta ciudad, hasta el punto de que está prohibido subir hasta la Plaza de Armas en vehículo propio, excepto si se es cliente del Parador o empleado municipal.
La vida social se ha ido desplazando paulatinamente de la parte alta a la zona de entrada al Paseo de Andalucía donde hay mayor espacio abierto y un aparcamiento subterráneo. La Plaza de Armas del Castillo, con el Parador y el Ayuntamiento como atractivos más importantes aparte del propio Castillo, ha quedado para los turistas.