Claudia Rodríguez
Servicio amable y curiosa decoración
De camino hacia Alegría beach, en el norte de Siargao, di con este estrambótico resort a pie de carretera. Los dueños son un americano y una filipina y han decorado el hotel con básicamente todo lo que han pillado, dando lugar a una curiosa combinación.
La comida es barata y no está demasiado mal pero lo que resalta es la localización, junto a la playa, y el helado casero, realmente espectacular.
El servicio es simpatiquísimo y el lugar agradable. Sin duda, una buena parada en el camino.
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