Entrar en un cuento de hadas
Este puente, hecho de ramas de vid originalmente, aunque ahora reforzado con cable metálico para hacerlo más seguro, es un portal para encaminarse dentro de un cuento de hadas.
El acceso es bastante complicado si no se dispone de vehículo propio, aunque con paciencia podemos llegar en un infrecuente autobús que recorre la zona. La entrada al puente, solo si se quiere cruzar, es de 500 Yenes. Aunque merece la pena atravesarlo y descubrir el río que discurre bajo tus pies, la gran separación de los diferentes tablones permiten tanto una observación bastante definida del río como un problema para aquellos que sufren de vértigo. No es tan fácil cruzarlo como uno se imagina, ya que o tenemos mucho equilibrio o necesitaremos atravesar el puente agarrados de la barandilla.