Los 4 días del resto de mi vida.
Esto se trató de un viaje de visita familiar a Ecuador de un mes, con una parada de cuatro días a Galápagos. Lo que no pensé cuando fui era que vendería el resto de mi vida por pasar un quinto día en este lugar. Momentos inigualables como mantener una conversación visual con uno de los leones marinos durante varios minutos, conocer al solitario George tan solo un año antes de fallecer y poder tener una foto con el y con otro ser igual de grande como es mi padre, o notar que otro león marino mientras nos bañábamos con ellos me mordía la aleta. Quizás no sean grandes fotos pero son los mejores recuerdos