Está rodeado de naranjales, almendros e ...
Está rodeado de naranjales, almendros e higueras, es pequeño, tiene las callecitas adoquinadas, grandes jacarandás en las aceras, y buganvillas enredadas a sus portones de rejas. Cuando la sombra desaparece, el sol espejea en sus muros inmaculados, en sus desteñidos tejados a cuatro aguas, en sus 37 iglesias blancas. El pueblo se llama Tavira y está sobre el Atlántico, aunque a sus inmensas playas se llega navegando a través de su río Gilão.
Tavira tiene varios rostros, todos preciosos. Puede suceder que llegues al pueblo y te pierdas por la abigarrada blancura de su casco viejo durante horas, sin darte cuenta de que allí nomás fluye un río. Pero tarde o temprano lo descubrirás, y desde el paseo orlado de palmeras que lo bordea, verás las barcas pesqueras meciéndose alrededor de un puente romano. Cerca de allí se encuentra la antigua lonja, donde abundan los restaurantes populares de pescado y marisco.