Para llegar a este paraíso en medio del ...
Para llegar a este paraíso en medio del Adriático croata cogí un bus -con trasbordador incluido- a la isla de Korcula y desde allí un ferry que me dejó en el puerto de Hvar. Era temprano, el pueblo recién se despertaba, y me dije que ése era el sitio adonde soñaba llegar. Hvar se arrincona entre su pequeño puerto y la gran plaza de losas blancas a donde miran la catedral de San Esteban y el sorprendente teatro público más antiguo de Europa, inaugurado en 1612. Un aire singular, que va desde lo popular a lo sofisticado, flota sobre la minúscula ciudad. Y es que en su puerto conviven barcas de pesca, de paseo (hay varias opciones de excursiones a las islas cercanas) y espectaculares veleros y cruceros. Ese ambiente se repite en sus callejuelas escalonadas, donde se mezclan sofisticados restaurantes y galerías de arte, con rústicas ‘konovas’ o fondas.