A punto de ser devorada
Esta pequeñisima iglesia, que más parece un capilla que podríamos encontrar en cualquier pueblo perdido de Grecia, se encuentra casi devorada por los altos y modernos edificios del centro de Atenas. Convertida en un oasis de tranquilidad y de sosiego entre la vorágine y las prisas de la capital griega, espera sin prisas las pocas visitas que recibe y que permite verla con calma y disfrutando de los pequeños tesoros que esconde.
Actualmente está siendo sometida a un cuidadoso y lento proceso de restauración, sobre todo en el techo, cuyos frescos han recibido la agresión del humo y el calor de miles de cirios y la humedad de millones de respiraciones.