La olvidada de Nápoles
En una calle cercana al puerto de la Bella Nápoles, lejos del bullicio y de los trillados circuitos y visitas que todo el mundo realiza en la ciudad costera italiana, encontramos, casi por casualidad este pequeño pero interesante templo.
El año 1595 fue testigo de su construcción, así como del conservatorio al que estuvo unida durante varios siglos. No tenía el aspecto actual cuando se levantó, ya que aunque sigue teniendo una única nave y las diez preciosas capillas que le dan un aire muy íntimo, carecía de crucero y de la cúpula que se advina desde la calle y que sólo entrando puede admirarse.Para ello, un grupo de benefactores se encargó de financiar la obra, la mayoría nobles y comerciantes de la ciudad e incluso extranjeros como el banquero holandés Gaspar Roomer.