Dos momias para ser más que su rival.
La historia de Arcos es también la de la larga rivalidad entre sus iglesias de Santa María y la vecina de San Pedro, que, pese a la fachada barroca, data del siglo XIII. En el siglo XVIII, una comitiva de feligreses de Santa María viajó a Roma y consiguió que fuera nombrada la parroquia más antigua, insigne y principal del pueblo. En atención a los peregrinos, el papa Clemente XIV refrendó el título regalándoles la momia incorrupta de un santo. A su regreso, los fieles de San Pedro, heridos en su pundonor, organizaron una colecta y acometieron también la expedición a Roma. Para cuando llegaron, Clemente XIV había muerto, pero el nuevo Papa no vio inconveniente en certificar que San Pedro era aún más insigne y principal, y les regaló ya no una, sino dos momias incorruptas.