Del Románico a la actualidad
Esta iglesia se levanta lejos del centro de Nápoles, y no aparece como una visita de importancia en las guías, a pesar de ser una de las más antiguas de Nápoles (1270). Nosotros la encontramos de pura casualidad, al volver a pie al centro desde la estación de trenes y fue una grata sorpresa.
De altura considerable, es el resto que queda del complejo que levantaron los reyes de Nápoles para cobijar una congregación de monjas y que constaba de la iglesia, un hospital de gran tamaño, huertos y otras construcciones anexas.
Lo que disfrutamos ahora, incluyendo el magnífico reloj que está incrustado en el arco bajo el que se encuentra la puerta de entrada, es fruto de una restauración del siglo pasado que sacó a la luz muchos tesoros que habían quedado sepultados por varias capas de revoque.