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En uno de nuestros paseos matutinos nos...
En uno de nuestros paseos matutinos nos encontramos con esta iglesia, y decidimos entrar a curiosear. Era un Lunes laborable, a eso de las 11 am; las puertas estaban abiertas y no se veía nadie en su interior. Cautelosos, entramos, andando despacio, sorprendiéndonos por lo que veíamos, un interior totalmente distinto al que estamos acostumbrados.
Era un recinto muy luminoso, con palcos a ambos lados de la nave, bancos de madera muy compacta, alternados con estrechas columnas. Por la sala resonaban estrepitosamente las notas del órgano; su música nos acompañó durante toda la visita, haciéndola todavía más especial.
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