Muy recomendable
Es un hotel clásico y diría que mítico en la ciudad.
Situado de manera muy conveniente, en un lugar tranquilo pero a escasa distancia de la estación y del casco histórico, tiene un personal increíblemente amable y profesional, y un desayuno variado y muy bueno.
La pequeña zona de spa del sótano sirve para la relajación, y el detalle del champán y los bombones al enterarse del cumpleaños todo un detallazo, volveremos!!!!