Txema León
Tranquilidad y encanto
El Tralala es uno de esos hoteles que me encantan, con algunos toques de diseño y habitaciones cómodas. En mi caso una habitación con una cama gigantesca, de esas que te cuesta abandonar por las mañanas.
Cuando llegas, te ofrecen una bebida de bienvenida mientras rellenan tus datos para hacer el checking. El desayuno por la mañana muy correcto, con todo lo que esperas encontrar: leche, zumo, bollería, lo necesario para empezar bien desde por la mañana.
Por último, los empleados se portaron genial con nosotros, fueron muy agradables y nos atendieron con una buena sonrisa.
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