Carlos Olmo
Al borde del mar
Después de un duro día de pedalear por las vías verdes de Girona, el Tamariu fue el lugar perfecto para relajarnos y contar las historias de dos ruedas que habíamos vivido en el intenso día. El Tamariu está al borde del mar y consta de dos edificios, uno de apartamentos, y al lado el hotel con el restaurante, un edificio que acaba de cumplir 80 años pero que está perfectamente mantenido y remozado.
Sigue siendo un hotel de propiedad familiar, con un personal muy atento y amable, y el restaurante es muy bueno, con el añadido de que está mirando al mar y que tiene una terraza prácticamente sobre la playa, en un entorno fantástico.
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