Lo utilizamos la noche del 30 de agosto...
Lo utilizamos la noche del 30 de agosto del 2006 al regreso de Geiranger con destino a Hamburgo.
Magnifico hotel situado en la loma de una colina llamada Holmenhollen muy cerca del famoso trampolín de saltos del mismo nombre. La situación es privilegiada en un entorno espectacular.
Las habitaciones muy amplias y decoradas con exquisito gusto. La distancia a recorrer desde que llegas a la recepción hasta la habitación asignada puede ser bastante grande. Nosotros teniamos que tomar un ascensor hasta la tercera planta, una vez allí andar bastantes metros para coger otro y después otro tanto más hasta la habitación, pues con todo y con eso merece la pena.