Un trato incomparable en un lugar estupendo
La Fonda de la Tea es un lugar genial por muchos motivos.
Para empezar, Fina, la dueña, es un encanto de mujer y te trata como si fueras de la familia desde el momento en el que entras por la puerta. Algo que ya te coloca una sonrisa en la cara, lo cual es genial. Además, te ayuda en todo y siempre te transmite mucha alegría.
Las habitaciones, sencillas pero cómodas, con ventanitas y un pasillo-balcón al que salir a ver el increíble atardecer de Tejeda.
El entorno, único y precioso. Nuestro atardecer más impresionante de Gran Canaria lo vimos llegando a Tejeda, y de verdad que tiene difícil comparación, yo quedé totalmente asombrado.