ANADEL
De esos sitios con un encanto especial
Es de esos sitios con un encanto especial, que desde que llegas te enamoran. Nos recordaba a un rancho americano, con esas construcciones de chapa, y ubicado en una planicie infinita, que acababa con montañas nevadas y nubes cambiantes cada segundo.
Estaba casi vacío, había una pareja, y tres chicos franceses que jugaban a las cartas.
Pedimos cenar a las 19:30h y no pude dejar de dar un paseo al ponerse el sol y al amanecer, ¡¡¡que paisajes!!! Solo faltó ver la aurora boreal.
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