Un hotel muy familiar y acogedor.
Hemos estado este fin de semana, ha sido un placer conocer a Maria , su amabilidad y cercanía con los clientes, también el personal muy atentos en cada momento, un trato muy cercano y muy amables.
Nos propuso un cambio de habitación para que estuviésemos mas cómodos y fue todo un acierto, la habitación preciosa , amplia , cómoda, muy tranquila, todo limpio como la patena, el desayuno espectacular, todo riquísimo y sobre todo el revuelto, no le faltaba un detalle.
Ademas teníamos a nuestra disposición una cocina común con los demás clientes para tomar café, infusiones, un dulce, fruta, a cualquier hora del día, todo un detalle.