Miquel Orrego Martinez
Un rincon muy particular
Una antigua casa cordobesa, un patio reformado, el sonido relajante del agua, habitaciones espaciosas y confortables, un servicio muy amable, emplazamiento muy cómodo en una ciudad donde es mejor dejarse llevar por la tranquilidad de sus callejuelas. Apoca distancia del Cristo de los Faroles, la plaza de los Capuchinos está a cinco minutos a pie. Y lo mejor de todo, la relación calidad-precio.
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