Hotel Almud

Siempre recuerdo la navidad que pasé con Mariano y María José, los dueños de este hotelito exquisito en el pueblo de Sallent de Gállego. Nevaba mucho, y regresar al Almud, construido y decorado con tanto cariño, era como volver a un nido tibio.

El hotel, pequeñito e íntimo, es una pasada: cada detalle, cada objeto, cada rincón, habla de la dedicación que Mariano y María José han puesto en la transformación de estas antiguas caballerizas del siglo XVIII. La "residencia de montaña", como describen ellos mismos al Almud, resulta además inolvidable por el cordial trato de sus dueños.

Como

Leí la crítica de mi colega en minube SERVIAJERA e hice aquí la reserva.

La verdad es que estaba en lo cierto, es un hotel íntimo, acogedor, con exceso decorativo pero buen gusto, y es que le dije a la propietaria que me recordaba mucho a uno de mis hoteles preferidos, El Ciervo de Viella, son de esos lugares donde te hacen sentir como en casa.

Hay que decir que mi habitación y el baño eran reducidos, y que la escalera se hace pesada (hay montacargas para el equipaje), es lo que tiene alojarse en un edificio histórico.

Desayuno servido con esmero y cuidado.

En

Hotel perfecto para ir en pareja. Decoración exquisita, elegido cada elemento con mucho gusto, super acogedor. Salones que te trasladan a otra época. Salón tranquilo con chimenea y librería.