De toda la vida
Está a unos pasos del ayuntamiento, en pleno casco antiguo y lo conozco de toda la vida, hasta tal punto que es visita imprescindible si vamos a Albarracín.
Lo más típico son las trenzas mudéjares, pero los croissants los bordan.
Suerte porque hay veces que cuando llegas ya han arrasado los turistas con prácticamente todas las existencias.
Si os colocais de frente a la típica casa de la foto, lo teneis a mano derecha subiendo la cuesta.