Próxima parada: High line
El pasado otoño mientras estuba visitando Nueva York, paseaba por una calle de Chelsea de paredes de color rojizo, cuando, de repente, algo especialmente original captó mi atención.
Aunque a primera vista, la estructura parecían vías férreas abandonadas, avisté en lo alto un conjunto de plantas alineadas y coordinadas de una manera demasiado singular como para que hubieran crecido por ellas mismas en un escenario tan urbano. La curiosidad me atrajo hacia él y menuda sorpresa el descubrir que, en realidad, se trataba de un parque-jardín que había sido instalado en lo alto de unas vías sin utilizar, para disminuir el impacto visual que éste producía a la ciudad.