Una finca palaciega
Íbamos camino de Brenes cruzando un paisaje de olivos y frutales alrededor de diversas haciendas. Esta forma autárquica de economía es la heredera natural de las villas romanas, a las que se trasladaron los patricios cuando los impuestos comenzaron a ser excesivos en Roma.
Son pequeñas ciudades, con todos los servicios mínimos imprescindibles. Exteriormente parecen pequeños castillos, de formas cuadrangulares con algunas torres en su entrada principal y en sus esquinas. En cierta forma es lógico porque sus almacenes eran fruto de la codicia ajena. Grandes portones dan paso a un patio interior donde los señores se instalaban en la parte más alejada de la entrada y junto a la misma se disponían las habitaciones del capataz. A un lado se situaban las dependencias comunes como cocinas, cuadras y almacenes y al otro las del personal fijo de servicio.