Kris por el mundo
La playa de Robinson
Cuando llegamos a esta isla y dejamos nuestras cosas en la cabaña pensamos que iba a ser un rollo estar allí varios días, una isla tan pequeña y como único entretenimiento varios libros y una baraja de cartas. Nada más lejos de la realidad. Solamente ir a su playa era un placer cada mañana, esa arena blanca, el agua tan cálida... Uno puede pasar horas y horas allí, sencillamente relajado, disfrutando de vivir y de tener la suerte de haber ido a parar a un lugar tan maravilloso.