Puerta de entrada a la Selva Negra
Freiburg, considerada como una de las capitales de la Selva Negra, es una ciudad alegre, llena de vida y que posee uno de los cascos históricos más bellos de Alemania. Ofrece también una rica cultura, buena gastronomía, gran hospitalidad de sus gentes para los foráneos y un entorno magnífico rodeada de los bosques característicos de esta zona del país.
Comenzamos su recorrido por la plaza de la catedral, una joya gótica del siglo XIII, cuya torre con sus 116 metros de altura se contempla desde casi todos los puntos de la ciudad. En ella hay un animado mercado de agricultores y de comerciantes, esta parte de la ciudad está muy animada. A su alrededor se despliega el casco antiguo, con calles peatonales, los famosos Bächle (pequeños canales de agua que atraviesan la ciudad) y monumentos como el Antiguo Ayuntamiento, de estilo neorromántico, y la Casa de la Ballena, donde vivió el filósofo Erasmo de Rotterdam entre 1529 y 1531. También se conservan restos de la muralla, como las puertas de San Martín y la de Los Suabos.