Una flor en nombre de todas las flores
Durante la visita a Buenos Aires, en Argentina, recomiendo dar un paseo por la Plaza de las Naciones Unidas en La Recoleta para conocer un monumento singular.
Se trata de uno de mis preferidos, un monumento a las flores, cuyos pétalos de acero compiten en belleza con los de las flores naturales. Es la Floralis Genérica una gran escultura metálica obra del arquitecto argentino Eduardo Catalana.
Floralis Genérica está ubicada en el centro de un lago y rodeada de jardines. Sin embargo, ni el agua del estanque ni las flores silvestres opacan su belleza.
Suelo pasar a gran velocidad rumbo a Palermo por la Avenida Figueroa Alcorta. Floralis aparece erguida a mi derecha. Cada vez que puedo, me detengo para hacerle una visita. Mi cámara se enamora de esta flor que supera los 20 metros de altura. Los enormes pétalos de acero y aluminio brillan al sol. Los suaves movimientos que hacen, dirigidos por un sistema hidráulico, activado por fotocélulas, son casi imperceptibles.