Reliquia de la costa búlgara del Mar Negro
Estamos ante el faro más antiguo de la costa búlgara del Mar Negro, ahí es nada. Elevándose a más de 30 metros de altura sobre un jardín verde que asoma a la brava, al menos en esta parte, costa del Mar Negro, este pintoresco faro decorado en rojo y blanco resulta auténtico y peculiar. Si bien es una pena que el paso del tiempo haya hecho mella en la pérdida de gran parte de su color rojo, este faro que entró en funcionamiento allá por 1857 conserva intactas sus señas de identidad, y su pasado histórico.
Actualmente está prohibido el acceso a los pies del faro ya que está reservado para uso militar. Como curiosidad, comentar que la torre que se yergue sobre la base inicial, es una torre octogonal de más de 10 metros de altura, sobre la que se sitúa el foco de luz del faro, cuyo sistema de proyección tiene forma de media luna con una estrella en medio. Otra curiosidad es la inscripción que muestra el faro en uno de sus costados, una inscripción que recalca la importancia y localización estratégica que tuvo este faro para un sultán otomano durante su reinado al frente del imperio búlgaro. Decir también que la torre fue dañada durante un gran terremoto ocurrido a principios del siglo XX en esta zona, tras lo que fue reconstruida parcialmente inyectando acero en su interior.