Estancia San Gregorio

Que existan o no los fantasmas es algo que cada uno puede determinar creer, pero que hay algunos de ellos morando por las viejas instalaciones de la Estancia San Gregorio, a 124 kilómetros al Este de Punta Arenas y que fue una de las grandes zonas ovejeras de la Patagonia a principios del siglo XX, con más de 91 mil hectáreas de territorio y por sobre las cien mil cabezas de ganado.

Originada en 1876, hoy está completamente vacía y sus instalaciones resumen desolación, viejas pieles de oveja, algunos esqueletos y una historia muda que hay que recrear porque no hay nadie que la cuente. Hay fardos de esquila listos para ser cargados pero que ya llevan unas décadas esperando en los galpones.

Dos barcos reposan en las playas de la fantasmal estancia San Gregorio aumentando aún más esa aura de misterio que se respira en este abandonado sitio.
Uno de ellos es el Ambassador, monumento nacional desde 1974, a pesar de su abandonado estado y mantención en el que sólo las algas adosadas a su esqueleto náutico parecen darle vida.

El navío fue creado en Inglaterra en el año 1869, siendo uno de los veleros más veloces de su época, teniendo unas maravillosas navegaciones interoceánicas entre China y Brasil, cargando té. Fue comprada por un negociante de Punta Arenas, luego de que quedara fondeada en las islas Malvinas, para utilizarla como bodega de lana.

Junto al clíper Ambassador y a la abandonada estancia San Gregorio, se encuentran los restos del vapor Amadeo, que completa la trilogía de monumentos nacionales que se ubican en esta zona distante a unos 120 kilómetros de Punta Arenas.

Los restos de la embarcación creada en 1892, son un imán para la fotografía debido a su estado de abandono y hermosa decadencia. Este barco fue una de los primeras de la flota del imperio Menéndez y sirvió durante años como medio de transporte. Fue encallado en 1932, por orden de su dueño y es monumento nacional desde 1972.

Es volver al pasado, muy bonito.