Merece la pena perder uno de los...
Merece la pena perder uno de los ferrys, tener que esperar con el resto de los turcos a que llegue el próximo, dentro de media hora. Toda la "estación" huele a pescado y a verduras recién hecha. Los turcos se sientan en unas diminutas sillas a saborear los peces recién cogidos del bósforo. Hay un vendedor de roscas y de mazorcas de maíz, para los más golosos...
Sentados en las escaleras de una especie de anfiteatro improvisado, es buen momento para abrir las latas de conserva si no hay mucho presupuesto. Sarma (arroz especiado envuelto en hojas de palma), judías con pimentón, atún, algunos tomates... La comida turca es sana y deliciosa incluso si uno come de latas... Todos, turcos y turistas, miran al Cuerno de Oro, esperando que llegue el suyo, esperando a un amigo, esperando a que pase algo...