Una cárcel transformada en museo
Pocas veces una cárcel puede tener un uso mejor que la de transformarse en museo. Son varias en todo el mundo la que han "sufrido" esta transformación (aunque no suficientes). En el caso de Montevideo la transformación es parcial. Una de sus galerías aloja al Museo de arte contemporáneo, pero las demás se han dejado tal y como estaban y se pueden ver desde el cristal que separa la galería-museo del centro de la cárcel. La cárcel tenía forma de estrella con la sala de vigilancia y control en el centro y varias galerías saliendo de ella.
El arte que ocupa ahora las celdas y los pasillos se mezcla con la desolación de las antiguas celdas, deterioradas, abandonadas pero que todavía te sacan ese cosquilleo en la nuca al pensar en sus inquilinos o en lo que sucedía allí.