Aunque el fin era vendernos una alfombra, la visita mereció mucho la pena. Se puede ver como las tejen, como fabrican los tintes y como se extrae el hilo de los gusanos de seda. Aprendimos mucho en esta visita, aunque lo de vendernos la alfombra no fue posible, ya que los precios eran muy altos.
En nuestro viaje a Capadocia uno de los lugares que visitamos fueron los talleres de telares de alfombras, la mujeres turcas llevan tejiendo alfombras desde hace siglos, para uso familiar, incluso cuando se casan es obligatorio llevarlas como parte de la dote, sobre todo alcanza una especial relevancia en los pueblos nómadas, así que para lo que para nosotros es un mero objeto decorativo, para ellos es un tesoro, un legado, que pasa de generación en generación.
El diseño y el color de las alfombras varía según la región donde es elaborada dependiendo de la disponibilidad de las lanas y los tintes.
