Olatz Mezo Ruiz
Un precioso hotel rural , pequeñito, con 8 habitaciones, esta entre Villarcayo y Medina de Pomar.
Me pareció un lugar precioso, decorado con mucho gusto, todo muy blanco y muy limpio. Las vistas son i, te cansas de mirar y no ves el final. Nosotros cenamos allí casi todas las noches, la comida de mucha calidad y casera, como cocinaban nuestras abuelas, a fuego lento y con mucho tiempo.Los desayunos son una pasada, ponen un buffet con muchas cosas, los zumos naturales, te lo preparan al momento, y en especial me pareció muy exquisito, como preparan las mesas con servilletas de algodón y manteles blancos.
La verdad es que estuvimos muy, muy cómodos. Estuvimos en una habitación con una terraza enorme y tenían ducha en la terraza, además de unas tumbonas muy cómodas.
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