Cuando se llega al final.
Está situada en el cerro de las Altamiras, a unos 4 kilómetros de la Puebla y constituye un excelente mirador.
Su verdadero nombre es de la Santa Cruz y fue construida a finales del siglo XV para que los peregrinos pudieran orar al ver el santuario de Guadalupe. Miguel de Cervantes trajo aquí sus cadenas de cautiverio en Argel, para ofrenda de la virgen de Guadalupe.
Está construida en ladrillo plantillado y tiene bóveda de crucería. Su estilo mudéjar “gótico de ladrillo” se aprecia en sus ventanales de tracería y rosetas. En su construcción se usaron las mismas normas que en el templete del claustro mudéjar del monasterio de Guadalupe.