Ermita de Santa Catalina
Las ruinas romanas y el antiguo poblamiento medieval se confunden en lo alto del cerro, abajo el cañón del río Gritos compone una estampa única.
Este es un pequeño templo de una sola nave del que quedan los restos de sus paredes, su espadaña a los pies del edificio, su ábside semicircular y el presbiterio recto.
En el hueco del muro sur se encontraba la portada de acceso al interior de la ermita, lugar por el que se sigue entrando al interior de la misma a través de una plataforma metálica y donde de se puede apreciar que contaba interiormente con un banco corrido.