Yola
Emocionante experiencia en buggy.
Para hacerlo contratamos una escapadita de dos días al desierto de Huaracanga, en una agencia de Nazca, con la única intención de pasar una noche arrullados por las estrellas.
Fue una sorpresa que el asunto se haría en un buggy. Salimos bien de mañana para adentrarnos poco a poco en la pampa, y después en el desierto.
El viaje en sí mismo es excitante, por las subidas y sobre todo bajadas por montículos y dunas impresionantes. Pero además, hasta que se llega a la ARENA, así con mayúsculas, hay un buen recorrido cultural y arqueológico.
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