Una de mis premisas como viajero es que...
Una de mis premisas como viajero es que cuando estoy en el extranjero procuro evitar los restaurantes de cocina española. Una de las razones es que no tiene sentido gastarse una pasta viajando para comer lo que tienes en la esquina de al lado. El otro es que fuera de nuestras fronteras lo que se ofrece como cocina española es poco más que sangría y paella. Y en no pocas ocasiones lo confunden hasta con la cocina mejicana...
De todos modos, he incumplido diversas veces este mandamiento y este local fue una de ellas. Estaba la lado de nuestro hotel y al verlo recordé que años ha, por mero compromiso, había aceptado la invitación de un colega americano al que lo español le parecía el colmo de lo exótico. Había perdido por completo las coordenadas geográficas de este restaurante, pero al verlo lo reconocí enseguida como uno de los pecados de juventud.
